lunes, 27 de abril de 2009

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Está oscuro y le duele la cabeza, desde la nuca el dolor le abraza las sienes como una tenaza que aprieta una rosca enorme, una rosca que debe pasarle por la nariz y el mentón a presión,  que le tiene que llegar al cuello. Una voz que no parece la suya susurra en su cabeza “ Soy un perro y van a sacarme a pasear”, esa voz repite la sentencia después de otras voces, como en una misa de domingo, otras voces que dicen “ Sos un perro y vamos a sacarte a pasear”, voces desconocidas, un susurro que aturde  “Soy un perro,sos un perro, a pasear, vamos a sacarte, perro…”

       - Como a un perro…- y  la baba le cuelga de la boca entreabierta.

 Esta sentado, sudoroso, aferrado a los flecos de una manta que le deja al descubierto los pies. Los siente helados. Se acurruca. Esta oscuro y le duele la cabeza.

Esta no es su cama. Da un salto pero el vacío de la habitación oscura lo hace retroceder. Nuevamente acurrucado sobre el colchón estrecho hacer el esfuerzo de ver en la oscuridad.

-          Los músculos oculares…- murmura y su voz retumba.

El techo debe ser muy alto.

 

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